20.10.09

República de viento

Editorial Leviatán acaba de publicar “República de viento” (Buenos Aires, 2007), nuevo libro de ensayos de Rodolfo Alonso, cuyos temas giran alrededor de la realidad y la historia político-social de nuestro país.

República de viento por Rodolfo Alonso


“Aquí, hasta los proyectos son recuerdos.”
PAUL VALÉRY

Al eterno retorno que presagia el refrán, “El pueblo que no recuerda su historia está condenado a repetirla”, acaso podríamos añadirle en nuestro caso el retoque marxiano: que la historia se reitera como farsa, ya no como tragedia. Aunque, acaso por eso, no menos dolorosa.
¿Pero quién podría enumerar, contar literalmente toda la historia? Tal vez exagerando instintiva, impunemente los dominios de la bellamente imprecisa sinécdoque, aquí también quizás se espere que la parte pueda implicar al todo. O que el todo se asome, dé señales, se muestre por la parte. Como en el poema, que sin habérselo planteado intenta responder a la innata ambición de decirlo todo sin decirlo, y de una vez y para siempre, el fragmento (que no es totalmente el ensayo), y a veces hasta la intervención, la palabra que se concibe participando del acontecimiento, se ve compelida a señalar, a indicar, incluso a iluminar algunas veces. Y a hacerlo desde su ambigüedad esencial, si es que no radical.
Y de improviso nos sorprende una intuición, fugazmente demoledora: acaso nuestro futuro como país quedó atrás, fondeado en el pasado. Y de improviso nos aferra una evidencia: sólo para volver a cuando creíamos estar tan mal como para haber soñado o intentado cambiarlo todo, sólo para regresar a aquella etapa entonces desdeñada, o más bien cuestionada, resultaría hoy onerosísimo el costo a pagar. Reducción al absurdo, oxímoron de tiempo. O sea, de vida.
La ilegitimidad (es decir, la introspección culpable de una ajenidad tan supuesta como irrefrenable) y su negación, podrían estar acaso en el fondo de tantas desdichas sociales argentinas. ¿Cómo explicar, si no, que en un país poblado por descendientes de millones y millones de inmigrantes, sus propios hijos y nietos no sólo encubren la conciencia de su condición, y de sus secuelas, sino que hasta se burlan de sus propios ancestros? A la violencia externa que los conquistadores infligieron a los aborígenes, se encima luego esta otra violencia interior, que bien podría llegar a ser considerada suicida y masoquista.
Y además está el lenguaje mismo, que encubre vida propia, que no se deja manejar. Desde la infancia, casi congénito, terror al malentendido, intento de temblorosa claridad, de fraternidad y de contagio. Y temor al terror, que siempre fue didáctico. Que se ha interiorizado desde niño. O nos rodea como el oxígeno. Callar es traicionar. Hablar es traicionarse.
No escribir, ser escrito. No hablar de la historia, ser la historia.
Volátil espesor de lo vivido. La verdadera historia es personal.



Rodolfo Alonso. Poeta, traductor y ensayista argentino. Premio Nacional de Poesía (1997). Orden “Alejo Zuloaga” de la Universidad de Carabobo (Venezuela, 2002). Premio Konex de Poesía (2004). Palmas Académicas de la Academia Brasileña de Letras (2005). Premio Único de Ensayo Inédito de la Ciudad de Buenos Aires (2005). Premio Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia, 2006).

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