Rodolfo Alonso, Poemas pendientes
Prólogo de Lêdo Ivo
Alción, Córdoba, 2010
Universidad Veracruzana,
Xalapa, 2012
1.
LO PENDIENTE
so much depends
upon
a red wheel
barrow
glazed with rain
water
beside the white
chickens
(tanto depende de una
carretilla
roja
mojada con agua
de lluvia
junto a las blancas
gallinas)
La clave de este
célebre poema de William Carlos Williams, antes que el objeto presentado, es el
inicio: so much depends… Es evidente
que el verbo to depend proviene del latín dependere,
que significa literalmente “estar colgado”, “pender”. Del mismo modo que pendiente proviene de la misma raíz: pendere también es “pender”. Tanto la
palabra depender como la palabra pender hablan aquí, creo, de la temporalidad.
La idea de que el poema depende y pende del tiempo. Los poemas pendientes de Rodolfo Alonso son poemas
que fueron escritos en el curso del tiempo, como si hubiesen sido arrancados a
la vida. “Los poemas me ocurren”, dice Alonso. Creo que esta ocurrencia está
relacionada con ese hecho de lo que está
pendiente: el poema siempre pende del tiempo que transcurre y, a diferencia
de otros poetas que parecen escribir contra la temporalidad incluso como una
crítica del poema aurático, Alonso parece considerar la belleza como inmediata
y hacedera. Es decir, pendiente del tiempo que ocurre, que transcurre y, de
algún modo, como un fruto asequible, pendiente de él.
Por eso en su poesía “la palabra fuente / fluye”. Aquello
que suele fluir es el tiempo, pero en Alonso el tiempo del instante es lo que
parece estar entre paréntesis al situar la palabra allí y, en cambio, la
palabra conserva el acontecer, la ocurrencia de la vida.
2. LA VIDA
La vida es el espacio
donde la poesía de Rodolfo Alonso tiene lugar. “Tú confirmas la vida con tu
voz” escribió en su primer libro. La vida confirmada en la voz es para
Alonso la voz poética. “La gran vida” es el título de un poema de su
segundo libro. La gran vida es para
Alonso esa suplementariedad, esa exageración de lo vivido que se halla en los
hechos transfigurados en el poema. “La vida no da más de lo que se le
pide” escribió en el tercero. Y lo que Rodolfo Alonso le pide a la vida es el poema. Escribió otro libro llamado Señora Vida y tituló su antología
española de 1952 a
2008: La vida entera. No me parece un lugar común ni una
casualidad. La noción de vida lleva el poema de Alonso al acontecimiento.
Aquello que acontece, lo que está pendiente del tiempo, se transforma, por vía
poética, en un acontecimiento. Por eso su poesía produce un curioso efecto: los
poemas parecen a la vez un artefacto, es decir, un objeto más agregado al mundo
donde el artificio es ostensible –es decir, se halla alejado de la vida- y a la
vez tienen el aire casual de aquello que simula un jirón del mundo, un
fragmento dicho al pasar, como si fuera un diario –lo periódico, la
circunstancia elevada a una categoría epifánica–. La vida es lo que acontece y
como tal se transforma en una presencia insoslayable que el poeta, de pronto, ve. Y así hallamos un poema que alude al
primer verso del poema de Williams, “So much depends”. Y dice: “Una
mañana, aún. / Y el mediodía / luminoso y dispuesto. / La
vida es un convite / que se deja a disgusto”.
En la vida aparece lo esperado: “La vida no es tan mala / Volvió
mi gato gris”, escribe. El poema se llama “Lumbre”. Es decir, señala
lo que aparece bajo la luz, y esa luz es la luz poética. Una aparición
milagrosa –epifaino en griego--. Lo
cual significa que lo que depende y lo que está pendiente es el tiempo que se
transforma en epifanía. Y que esa epifanía tiene lugar en el arte, en el poema.
O acaso magistralmente en el arte literario, por ejemplo en la literatura de
Arlt. El gran poema “Ocúpense de Arlt” es un ejercicio de memoria
personal y a la vez un reclamo de memoria colectiva. Lo que está pendiente aquí
es la autoconciencia de la vida. La vida pende cada vez que el poema la convoca
y a la vez la transforma, como si el poema fuera su traducción en una lengua
extranjera.
3. LA TRADUCCIÓN
Rodolfo Alonso es un
gran traductor en tanto poeta. No
quiero decir que es un poeta traductor, como todos sabemos. Sino que la poesía
es la traducción de lo cotidiano a otra lengua. Y que esa lengua suena al mismo
tiempo como una lengua extranjera y como una lengua propia. Por eso en la
poesía de Alonso aparecen tanto los poemas traducidos como los poemas en una
lengua ajena. O el momento en el que la fluidez del español parece estar al
borde de transformarse en otra lengua. Pero esto suena como un fenómeno
rítmico: como si en el ritmo mismo de la lengua, en su escansión, de pronto se
derivara a otro idioma. Esto es claro en el poema “Se me lengua la traba”:
L´amour fiore violenta und delikaten
si spegne in all our ways nos nossos dias
because il sentimento la passione
the darkness of the soul la fanciullezza
mourir
de amor amare da morire
the lover´s death is the beloved cuore
meine kleine andoriña ich liebe
tú
fiore violentissima klenicka
O un poema escrito en
su otra lengua materna, el gallego: “Carne do sol”.
La lengua invierte su trabarse en el fluir vital de los idiomas, como si
se entrecruzaran, se entremezclaran. La poesía es para Alonso, más que la
pluralidad de las lenguas, una lingua
franca de lo plural, donde la vida se
traduce en epifanía.
4. EL DECIR
Por ello la poesía en
Rodolfo Alonso es ante todo un decir. El poema “Es un decir” dice: “Arar
el mar / por no amar / el arado”. Cuando Alonso remonta la
vida, no lo hace como un romántico sino como alguien que ha pasado por las
vanguardias. El poema toma el decir cotidiano, y tal como Duchamp había
arrancado el mingitorio de las ruinas de un baño y lo había transformado en un ready made, en un arte recién hecho,
Alonso toma las palabras –sobre todo el
carácter oral de lo dicho, el momento en el que la palabra irrumpe como decir–
y las descompone rítmicamente para transformarlas a la vez en juego y en
revelación. Alonso juega con el decir, somete el decir a lo dicho como un
objeto extrañado y a la vez arrancado a la vida: en el decir, la epifanía
pendiente de la vida traduce lo poético a un lenguaje común. Cuando digo
“común” no digo ordinario, sino comunitario.
La ligereza de la poesía de Alonso responde al carácter de que se asume como
decir comunitario y compartido en una lengua comprensible por ser común. Y este
decir cree en su inocencia pero no en su ingenuidad. Para Rodolfo Alonso la
poesía es una forma de la resiliencia.
5. LA POESÍA COMO RESILIENCIA
La resiliencia fue
definida como una poderosa capacidad para resistir al dolor. Y el ejemplo de
esta resistencia a la adversidad es el salmón. La “Oda a la resiliencia”
dice:
En alas del salmón
vuelve la vida
El amor del salmón
¿él lo lleva? ¿o se lleva?
En alas del salmón
la vida vuela
Las fuentes se conquistan
El poeta tiene el lugar del salmón que se sitúa, si
no lejos del tiempo, en su fluencia, pero a contracorriente. Aquí encontramos
el lugar del poema como resiliencia: la epifanía es un retorno de la vida, pero
en alas del salmón –es decir, del poeta y su poema. Allí la vida, como decía
Platón de la poesía y le gustaba repetir a Borges, se transforma en la poesía,
que es “liviana, alada y sagrada”. A contracorriente del dolor, la poesía no
sólo se escribe después de Auschwitz, sino, como afirmaba Benjamin, se vuelve
redentora. Lo que redime el poema es el dolor en su resiliencia. No lo niega ni
lo vuelve trivial: lo nombra otra vez.
La resiliencia es resistencia. Y ello, en tanto afirmación de la vida, corre
peligro de muerte. Así dice la dedicatoria de este libro:
A la
memoria de
HERMAN KOEHLER,
director
de la filial de Stuttgart
del
Deutsche Bank y miembro del
Consejo
de Administración de Daimler-Benz,
único
integrante de la dirección
que
ofreció resistencia
a la
utilización de mano de obra esclava
que
convirtió a las fábricas del Reich
en
campos de concentración
y
trabajo forzado,
condenado
a muerte por ello
y ejecutado en 1943.
Allí donde la historia ejecuta, el poema, en tanto posterioridad, no
situado en la actualidad sino en el “después” que se vuelve el “aún”
(“Auschwitz, aún”), allí el poema redime en su decir los hechos
traumáticos. Lo hace como una traducción de la vida en epifanía, palabra
encontrada, recién hecha, común y al mismo tiempo atesorada: tesoro pendiente,
don pendiente de ser descubierto al abrir como por azar un libro de poemas,
cualquier página de Poemas pendientes,
poemas que dependen de nosotros mismos para ser de nuevo, como una tarea en
común. Por eso ante la poesía pendiente, como Alonso predica de Arlt, hay que ocuparse. “Ocúpense de la
poesía”, dice Rodolfo Alonso: es decir, ocupémonos de nosotros mismos.
JORGE MONTELEONE
1 comentario:
La poesía es algo que nos permite viajar a través de la mente a distintos sitios. Por eso me gusta tener la chance de contar con libros para leer poemas cada noche. Incluso me gusta pasar tiempo con mi smart tv lg en donde pueda disfrutar de la biografia de los poetas
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